ORDEN REAL de HEREDOM de KILWINNING

MASONERÍA   JACOBITA
LA   MASONERIA   JACOBITA
La Masonería Jacobita ha sido denominada con justicia “la Franc-Masonerìa olvidada” … Fue sepultada entre las páginas oscuras de la historia por su carácter de testigo molesto para muchos poderes triunfantes tanto masónicos como dinásticos, militares y políticos. Fue literalmente borrada de la historia después de la terrible matanza de Culloden-Moor en 1746 y su entonces Gran Maestre, sir Charles Ratcliffe lord Derwent-Water, fue decapitado en la Torre de Londres, junto con otros dignatarios jacobitas, el 8 de Diciembre de ese mismo año. La causa Jacobita fue derrotada definitivamente y comenzó una persecución que, hoy en día, podría tipificarse como genocida. Pero, como decía Robert Ambelain, un linaje iniciático tradicional rara vez desaparece totalmente sino que permanece oculto a la espera de épocas más favorables para una nueva manifestación. Este singular hecho, concordante con ciertas sub-etapas del desarrollo del Ciclo Cósmico, es lo que ha ocurrido con el Rito Escocés Primitivo y con la Orden Real de Heredom de Kilwinning que, ocultas por las persecuciones y a veces al borde de la extinción, pudieron sobrevivir para esperar una nueva oportunidad favorable. A pesar del ostracismo y el olvido, siempre hubieron estudiosos e investigadores que, desde puntos de vista muy diversos y aún contrapuestos, se dedicaron a estudiar y mantener vivo el recuerdo de la Masonería Jacobita desde las primeras décadas del siglo XX. Autores como Mackey, Gould, Murray-Lyon, Robert Ambelain, René Guénon, Paul Naudon, Jean Tourniac y otros con sus estudios, a veces someros, han permitido que no se extinga el recuerdo y la importancia de esta rama de la Masonería Antigua. Ahora, en el siglo XXI, en momentos en que “todo ha de ser revelado”, ambas Ordenes derivadas, por extraños canales, del movimiento Jacobita de los siglos XVII y XVIII, manifiestan el resurgir de este tipo particular de Ordenes iniciáticas tradicionales de Occidente. Si bien cada Orden conserva estrictamente su forma organizativa, su escala de grados y sus usos y costumbres particulares, coinciden en afirmar su origen común basado en los siguientes puntos:

- La pertenencia a la Masonería Antigua y Tradicional reconociendo a los Antiguos Deberes (Old Charges) como fuente tradicional de sus derechos y deberes. - La descendencia de las logias militares Jacobitas portadoras de la iniciación caballeresca estuardista y templarista. - El nacimiento dentro de la tradición espiritual cristiana desde sus orígenes y su pertenencia a la corriente hermético-rosacruciana.

Estas simples pero profundas características marcan una identidad histórica y espiritual indeleble a lo largo de los siglos y son un signo de fidelidad inalterable a sus principios fundacionales.

Logia de Investigaciones “René Guénon” Nro. 2

(HRDM+KLWNNG)
MASONES  JACOBITAS
Partidarios legitimistas de la dinastía escocesa de los Stewart, destronada en 1714 por la casa holandesa de los Hannover, los Jacobitas protagonizaron una épica lucha contra la dinastía usurpadora. Estaban formados, principalmente, por miembros de los clanes de Highlanders, irlandeses e ingleses del norte. Desde el punto de vista religioso, los Jacobitas eran predominantemente católicos aunque entre sus filas también se contaban anglicanos, presbiterianos y otras denominaciones protestantes, por lo tanto, la dinastía holandesa era vista, por la mayoría de los Jacobitas, como usurpadora y además herética. Se denominaba Masonería Jacobita al conjunto de las Logias escocesas que acompañaron los diversos alzamientos legitimistas de la Casa de Estuardo. La Masonería Jacobita fue diezmada y desapareció de la historia luego de la masacre y derrota definitiva de la causa Estuardista en la batalla de Culloden-Moor en 1746. Durante todo el siglo XVIII, el “tema estuardista” estuvo ligado íntimamente al surgimiento de los Altos Grados masónicos escoceses y caballerescos. Así, por ejemplo, el barón alemán Karl von Hund, fundador de la Orden Masónica de la Estricta Observancia Templaria, se refiere a la existencia de los “Superiores Incógnitos” (Unbekannte Oberen) y hasta su muerte estuvo convencido que los mismos eran miembros de la Casa de Estuardo. En Inglaterra, las Logias masónicas, quizás en razón del origen de muchos de sus miembros, se constituyeron en focos de una sorda resistencia anti-hannoveriana; así, durante el banquete de la Fiesta de San Juan de Verano que ofrecía la Gran Logia de Londres en 1722, la orquesta comenzó a ejecutar, fuera de programa y en sordina, el canto estuardista “The King shall enjoy his own again” (El Rey gozará de su patrimonio nuevamente). Robert Samber, en su libro Ebrietatis Encomium, reporta que fue necesaria la intervención de un alto personaje para impedir un escándalo que afectase la continuidad de la joven Gran Logia cuyos dirigentes eran discretos partidarios de la dinastía holandesa usurpadora. El historiador francés Gustave Bord, en su libro La Franc-Maçonnerie en France des origines à 1815, afirma la existencia de Logias militares en el castillo de Saint-Germain-en-Laye donde Luis XIV había instalado a la familia real escocesa destronada. Según Bord, entre los Franc-Masones Jacobitas se contaban los siguientes: Lally, Linche, Macdonald, Burcke, Maccarthy, O’Toole, Dillon, O’Neil, Butler, Fitzgerald, Talbot de Tyrconnel, Dorrington, Lesley conde de Rooth, Nagle, O’Calaghane, Wyndham, Middleton y otros muchos pertenecientes también a la más alta nobleza. Las primeras Logias parisinas (1725) fueron fundadas por Jacobitas exiliados y el propio Gran Maestre, sir Charles Radcliffe, lord Derwent Water, participó del alzamiento de 1745 y murió decapitado en la Torre de Londres el 8 de Diciembre del año siguiente como mártir de la causa estuardista. El caballero-masón Andrew Michael Ramsay, baronet de Escocia y discípulo del cardenal Fénelon, redactó su famoso Discurso, dirigido a las Logias francesas, en el que aludía a las Ordenes de Caballería participantes en las Cruzadas como antecesoras de la Franc-Masonería y a la conservación de sus tradiciones en Escocia. Ramsay se proponía lograr el apoyo de la nobleza francesa para la causa Jacobita incluyendo, de ser posible, al propio Luis XV. Es interesante señalar que el cardenal Fleury, ministro de Luis XV, prohibió a Ramsay que pronunciara su Discurso en la Logias para no poner en riesgo su propia política de apoyar a sir Robert Walpole y a la dinastía protestante de los Hannover... También se resgistraba actividad masónica Jacobita en Roma, en el mismo centro de los estados de la Iglesia que aún no había emitido la bula condenatoria “In Eminenti”. En efecto, existía en Roma una Logia masónica Jacobita cuyo Venerable Maestro era Lord Winton, un pintoresco personaje, posiblemente un tanto desequilibrado, permanentemente envuelto en escándalos de todo tipo, desde ebriedad hasta espionaje, que hacían difícil el exilio romano del Pretendiente al trono inglés. En el seno de esta pequeña Logia convivían tanto ingleses Jacobitas como ingleses hannoverianos, algunos de ellos – sin duda – eran espías dobles. Esta Logia fue cerrada por la policía romana, no por cuestiones religiosas sino por causas políticas y diplomáticas y aún por escándalos y delitos comunes, en el año 1737. La Masonería Jacobita fue el verdadero origen y la cuna de lo que, posteriormente, sería universalmente conocida como “Masonería Escocesa” cuyo rasgo distintivo principal lo constituyen los llamados Altos Grados caballerescos que practica. Sin embargo, es menester recordar que los llamados Ritos Escoceses Rectificado y Escocés Antiguo y Aceptado respectivamente, no son sino creaciones históricos muy posteriores.
JACOBITA    Y    JACOBINO
Jacobita (en inglés “Jacobite”): partidario de la dinastía de los Stewart (Estuardos). La Casa de Estuardo, de origen escocesa y católica, reinaba en Inglaterra y Escocia conjuntamente, en el siglo XVII. Fue destronada por una invasión holandesa protestante de la Casa de Hannover-Orange con complicidad de protestantes ingleses. La mayoría de los reyes Estuardos se llamaban “James” o sea “Jacobo”. De aquí que sus partidarios se los llamase “Jacobites”. Como la corona escocesa de los Estuardo protegió, desde el siglo XIV, a los Templarios prófugos la Masonería Escocesa originaria (nada que ver con el RER y el REAA ...) era Jacobita y Templaria.

Jacobino: partidario ideológico extremista de Jean Jacques Rousseau a fines del siglo XVIII. Durante la Revolución Francesa, los “Jacobinos” perpetraron los mayores crímenes y persiguieron a la Masonería francesa, cerraron las Logias y guillotinaron a sus miembros porque, en su gran mayoría, eran de origen noble. Que los revolucionarios republicanos fuesen Masones es una de las mayores mentiras históricas aunque la sostengan los mismos masones que se distinguen, en general, por su ignorancia y su oportunismo político.